Se veían colocadas por los rescatistas que buscaban el martes en una montaña, entre los restos de un avión de China Eastern que cayó del cielo el día anterior y estalló en una enorme bola de fuego.
No se han encontrado sobrevivientes de los 123 pasajeros y nueve tripulantes. Videos compartidos por medios estatales chinos mostraban pequeños fragmentos del avión repartidos por una amplia zona de bosque, algunos en campos verdes, otros en zonas calcinadas donde el fuego devoró los árboles. Cada fragmento tiene un número al lado, los más grandes con cinta policial.
Mientras los familiares se reunían en los aeropuertos de salida y destino del vuelo, aún era un misterio qué hizo que el Boeing 737-800 cayera del cielo poco antes de que iniciara su descenso previsto hacia la metrópolis sureña china de Guangzhou. La búsqueda de las cajas negras, que contienen los datos de vuelo y la grabadora de voz de cabina esenciales para investigar el suceso, sería difícil, indicó la agencia de noticias Xinhua, y requeriría drones y búsqueda manual.
El choque dejó un profundo cráter en la ladera, señalaron rescatistas a la agencia noticiosa Xinhua. Chen Weihao, que vio la caída del avión cuando trabajaba en una granja, dijo a la aencia de noticias que había caído en una zona deshabitada de la montaña.
“El avión parecía estar de una pieza cuando cayó. En segundos, se estrelló”, dijo Chen.
Los rescatistas levantaron una base de operaciones cerca del lugar con vehículos, ambulancias y un camión con un generador estacionados en el pequeño espacio. Soldados vestidos de camuflaje se sumaron a los rescatistas en pulóvers naranjas y cascos para busca en el lugar calcinado y entre la densa vegetación de la zona.
La seguridad se reforzó en la entrada de Molang, un poblado cercano al lugar. Se veía a policías comprobando cada vehículo que llegaba al poblado.
La fuerte pendiente de la ladera complicaba colocar equipamiento pescado, aunque no parecía ser muy necesario porque apenas quedaban trozos grandes del fuselaje.